lunes, 4 de junio de 2012


¿Cuál es el problema de la felicidad? La obsesión que tenemos con alcanzarla. 
Esta obsesión nos hace vivir amargados por eso que nos falta, eso que no tenemos, eso que de tenerlo nos haría "felices". Vivimos en las puertas del paraíso, siempre ahí, a punto de entrar, a punto de llegar. Siempre golpeando las puertas del cielo, tratando de recuperar ese paraíso perdido, queriendo alcanzar la felicidad. 
El cielo, el paraíso, la supuesta felicidad significan que NADIE falte. Pero en verdad, es ese algo que nos falta lo que nos mantiene vivos. La felicidad no es tenerlo todo, la felicidad son esos momentitos, fugaces, chubasquitos de éxtasis que encontramos de cuando en cuando, mientras buscamos ese "algo" que nos falta.
La amargura de buscar la felicidad y no encontrarla, de estar en las puertas del paraíso y no poder entrar, nos hace perder de la fiesta. De la fiesta de estar vivos.

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Piensa que si fuese perfecta, ¿Qué merito tendría haber ganado tu amor? Y sé muy bien que tengo mis defectos, pero ya los tenía cuando entre a tu corazón. Ahora que lo pienso, hubo noches en las que nada de esto parecía un error. Y creo que tu estabas en mis brazos, y si mal no recuerdo, me dijiste que me amabas como soy.
NO ME PIDAS QUE VUELVA A TUS PIES.
No te preocupes que ya no te buscaré, sigue tu vida que la mía estará bien. Ya yo no caigo en este juego más, entiende que mis ojos ya no quieren llorar más.
Si fue tuyo el error, no hubieses actuado así.
Amo a otro así es la vida, y eso el mundo lo sabía. Estoy muy convencida, usted sería el mejor partido, pero nadie elije a quien querer. Por eso es que yo quisiera amarlo como usted se lo merece y no puedo, aunque quiero, no me sale del pecho lo intento y me freno. Y la cobardía por no herirlo me mantuvo en silencio, hoy confieso llevo años fingiendo. ¿Cómo inventarle sentimientos que en alma no han nacido y qué le digo al corazón? Perdón pero en verdad aquellas lágrimas que vio no eran de alergia es depresión. Sé bien que usted me ha dado el paraíso pero él en su infierno me enamoró.
Aún tus huellas viven en mi cuerpo, yo te llevo dentro.

No voy a llorar.

No voy a llorar.